domingo, 26 de enero de 2014

La película de todos los sábados.

Una puerta cerrándose.
Unos zapatos en la esquina del salón.
La chaqueta en la silla.
Un vistazo entre los DVDs.
Subir un poco el volumen.
Sentarse en el sofá.
Cinco minutos de película.
Taparse con la manta.
Robársela.
Risas.
Cosquillas.
¿De qué iba la película?
Una risa apagada con un beso.
Y otro beso.
Manos danzando por el cuello.
Manos que acercan un cuerpo al otro.
Manos que desabrochan un pantalón.
Aliento sobre cuello.
Labios recorriendo hombros.
Piernas que tiemblan.
Manos ajenas que quitan ropa conocida.
Ansias, las que se transmiten con la mirada.
Segundos, los que les falta para comerse la boca.
La manta por el suelo.
Atended a la película.

No les importaba el futuro ni lo que les deparaba. Solo les importaba el presente.
Y demostrarse las ganas insaciables que tenían el uno del otro.

1 comentario:

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