domingo, 26 de enero de 2014

Astromanticismo.


Volvieron los domingos de despertarse con la luz del día.
Volvieron los domingos de abrir los ojos y quedarse en cama pensando en la semana pasada, y en la que vendría.
Volvieron los domingos de ver pasar algún que otro pájaro por la ventana, de la luz atravesando las cortinas, de las sábanas revueltas, de cojines por el suelo.
Volvieron los domingos y con ellos, el olor a café. A pan tostado. A mantequilla derritiéndose con el calor del pan. A zumo recién hecho.
Volvieron los domingos y, con alguno de ellos, lluvia golpeando la ventana. Con otros, rayos de sol.
Volvieron los domingos de escribir hasta la hora de comer.
Volvieron los domingos de vivir toda la mañana en cama.
Volvieron los domingos con todas sus cosas buenas.
Volvieron los domingos con todas sus cosas malas.
Volvieron los domingos... Pero no volvió él.
En otro momento, había pertenecido a los domingos como todas estas cosas. Pero un día dijo adiós.
Y volvieron los domingos...

2 comentarios:

  1. A veces el amor lo cambia todo, incluso puede quitar la paz de los días de domingo que tan bonitos pintas con tus letras...

    Muchos besos

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