En realidad nunca nos cansamos de esperar. A diga de hoy, sigo esperando un arrepentimiento, cuando soy yo la que se arrepiente de cada paso que doy. A ver si me va a hacer falta una buena hostia para aprender, y todo lo de hasta ahora fueron pequeños empujones hacia el abismo...
Cada paso que se da, sea en la dirección que sea, es un pequeño avance. Piénsalo así. A veces el abismo sólo existe en nuestra cabeza.
ResponderEliminar